jueves, 8 de julio de 2010

Masacre

DE QUAN NGAI A HOY AN


Masacre

Deberías haber disparado, deberías haber disparado.A estas conclusiones arribaba mi mente pertrecha de relatos de combate.Combate ?, combate tu hermana, esto no tuvo nada que ver con combate.
El lugar es Son La, un pueblito cualquiera entre miles, algo así como un Corral de Bustos o un El Arañado de mi querida Córdoba. El único error que había cometido el pueblo era tener como hijo a uno de los caudillos de aquella Vietnam del 69.Los ojos se nublaban de bronca con aquel relato de un artillero Yankee que veía desde un helicóptero la sangrienta matanza de Son La. Ningún hombre joven, todos viejos, madres y niños fueron acribillados en una de las matanzas más crueles en la historia de todas las guerras.

480 muertos, son ahora una larga lista de nombres en una pared negra.

Las fotos exhibidas en el museo no podrían ser más crueles. Soldados yankees fumándose un pucho y más allá pilas de cadáveres. Abuelas que murieron abrazando a sus nietitos, también muertos. Caminos pavimentados de cadáveres.



El pueblo fue arrasado, las casas quemadas, sembrados destruídos, en unas horas no quedo nada; no quedo nadie.



Mas allá un monumento y algunas fosas comunes donde enterraron a las victimas.
Nada raro no ?. Los yankees contagiando sus miserias por todo el mundo.


Cuando uno recorre estos pobladitos se pregunta, ¿si ahora es así de pobre, lo que habrá sido esto 30 anos atrás?. Miseria; y ¿Qué razón tendrá un soldado por ejemplo de Massachussets a 200.00 Km. de distancia para masacrar con tanta saña a un campesino de Son La, Vietnam?.



Trataba de explicarme estas y otras preguntas mientras una manada de ponjas con su guía ponja (siempre) merodeaban el amplio predio adornado con onda cementerio.



Los relatos de los pocos sobrevivientes y ex-combatientes son desgarradores. El grandísimo hijo de puta que ordenó esto recibió una condena de 3 años de prisión que en realidad no cumplió.

En medio de tanta basura yankee, gestos de grandeza humana. Un soldado negro, con cara de mono relojero, se auto-pegó un tiro en la pierna para no tener que seguir obedeciendo las cruentas ordenes.
El relato del artillero seguía contando que revelado contra las ordenes de masacre, desde el helicóptero iba apuntando a sus propios compañeros mientras masacraban a todo cuanto se cruzaba.

Le advirtieron al que dirigía todo, que si no paraban la matanza iban a disparar contra su propia tropa.
Los buenos muchachos del helicóptero lograron trasladar y salvar así a algunos despavoridos viejos.
Los malos muchachos en la tierra acribillaron a 480 viejos y niños indefensos.

Mientras miro los rostros masacrados de cientos de inocentes, le susurro a la distancia a aquel artillero bueno.Deberías haber disparado, hermano, deberías haber disparado.

No hay comentarios: