viernes, 9 de julio de 2010

Tripulante del Paraiso

De Udomxai a Luang Namtah
Laos, Laos, Laos; Fernando, tripulante del paraíso

En el mercado local la herencia francesa se cocina en forma de baguettes exquisitas. Pan !!.
En Laos es posible encontrarlo, pero solo en las ciudades 0.25 por baguette. Compre 2 y pagué con el billete mas grande en moneda nacional, el Kip, que es de 0.50 US. Cambiar 100 u$ implicaría acarrear con 200 billetes, cosa imposible de hacer organizadamente; entonces hay que cambiar pequeñas cantidades como para 2 o 3 días. En los bancos, verdaderas montañas tipo pila de ladrillos son contados por varios empleados.Cuestión que me compré 2 baguettes y una rosquita dulce y me adentré en el paraíso (el camino).

Ya en el norte, las rutas alternan entre pavimento y tierra, esto es 80 mts. pavimento 20 tierra, 70 -30, 60-40 y así variando de proporciones todo el tiempo. En una parte, un consorcio caminero arreglaba con grandes máquinas moliendo el pavimento y haciendo un camino enripiado planito, mejor que el pavimento.
Camino fresco patina marrón que cortaba la selva. El camino subía y bajaba por deliciosos paisajes que van mejorando con las horas. Largas trepadas ahora me adentraban en los pueblos de montaña y la infinita cordialidad de esta gente.
Sabaydee, sabaydee, Helouuu, Ok dicen otros. Las mamás alzan a sus bebes y les mueven las manitos y les ayudan con un sabaydee que en breve, luego de aprendido, alegrará los días de algún otro ciclista.
Desde el año ya saludan solos y balbucean en coro con los otros chicos.
Depende las zonas; en las mas elevadas (100 y pico), las aldeas se dibujan cada 15 o 20 minutos. Una de ellas tenía mujeres bajitas con caras planas muy raras, algunos hombres parecían jockey de cabrito, de brazos y piernas cortitas, caras ajadas y sonrisas amplias. Había unas 3 o 4 mesas sobre la ruta, que ya a estas alturas es un ripio bastante feo. Me detuve luego de los acostumbrados saludos. Unos gestos señalando mi cámara me dirían si podría tomar algunas fotos. Ningún problema. Apuntando a la marea de chicos que me miraban a unos 4 metros y con el torso girado como para salir cagando.

Los varoncitos mas corajudos se bancan la primera foto. La cámara digital refleja en la pantallita las caras de sorpresa. Para que se acerquen a verla me tiro al suelo casi acostado, y entonces indefenso, los chicos ya se animan a acercarse.
Empieza el carnaval de risas e intrigas. Entonces unos 40 chicos me rodean y desde arriba miran la camarita.
La segunda foto tiene ya a muchos postulantes y una horda chequea los resultados. La tercera es una guerra y se empujan y codean con tal de aparecer en la toma. Los padres cómplices me dejan tomar cuantas fotos quiera, algunos desde lejos miran sorprendidos la camarita.

Termina la sesión, me trepo nuevamente a la bici y un coro de nuevos amigos me despiden como si despidieran a un mago. Con la O de Oaki en el gesto y el Sabaydeeee !! en el grito.

Este juego representa para mí una profunda satisfacción, los chicos son lo mas divino de este planeta.
La selva amenazaba tapar la ruta con gigantes cañas tacuaras y árboles cada vez mas grandes a medida que descendía. Cuando el camino se hacía yaga en la montaña, zumbudrule, zumbudrule me hacían los helechos que se descolgaban apenas arriba de mi cabeza. Los bananeros, aquí naturales, disfrazan de tablero de guerra naval a los valles frescos. Hundido, hundido, hundido, las cruces son miles y miles.
Foto: Curvas fresquitas del camino los bananeros te hacen zumbudrule y te peinan las ideas.

Algunas partes de ruta nunca se secan al abrigo de valles eternamente verdes. En esas partes pareciera como si de repente entraras al lobby del Citibank, la temperatura desciende hasta el frío.
Diez metros mas allá, el sol te pone un poncho al lomo y el templado calor te hace transpirar de nuevo. La temperatura varía como el estado de la ruta a cada metro. En este paraíso muchas ideas se disparan, y entonces con la mente ocupada uno no se da cuenta del esfuerzo, que es mucho.

En esta parte entendí finalmente el diseño de mi bicicleta, que se comporta de forma maravillosa en la montaña y el ripio; sin embargo es menos eficiente en lo llano y el pavimento.
Cuantas veces deberé arrepentirme de haber dicho "este último ha sido el paisaje mas bello que haya recorrido", terminada la comilla tengo que recitar nuevamente la frase sorprendido por lugares majestuosos.
Foto: En las montañas de Laos se planea en valles y montañas impiadosamente bellos. Las villas de montaña y la cordialidad de la gente , también hacen increíble la experiencia
Esta vez el camino reconocería esfuerzos acumulados, y los últimos 40 kilómetros tenían una leve pendiente a mi favor. Con el entrenamiento previo puedo bajar rápido, y en 7 horas recorrí los 108 kilómetros de montaña y paraíso. Todo subida, bajada, ripio y pavimento.
Infinita belleza guarda la selva tejida en caña, árboles, arbustos y enredaderas. Las gentes honran el paisaje con cordialidad sin igual.

Un abrazo a todos.
Fernando

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