viernes, 9 de julio de 2010

Viaje por el rio

De Luang Namtha a Muay Xai


La larga mesa de restaurante se hablaba en idioma de viajero. 3 franceses, 2 holandeses, 1 sudafricano, 1 alemana, 1 coreano y 1 argentino alternan los idiomas y se escuchan frases mitad en ingles, mitad en francés. El sudafricano habla Afrikáans y los holandeses lo siguen. La alemana les habla a los holandeses mitad en ingles mitad en alemán. El argentino habla en ingles y castellano con la alemana y algunos franceses también lo siguen. Todo así una larga alternancia de idiomas. Sin dudas el idioma es el ingles, y el coreano sufre de soledad idiomática ya que no entiende un pomo ni de ingles, ni francés, ni castellano, ni afrikáans, ni holandés.Ve pasar nomás las caras y los gestos.

Luanga Namtha esta en un valle con hiperdivididos campos de arroz. Ciudad de unos 8.000 habitantes, es un buen lugar donde no llegan las hordas turísticas. En cambio se encuentran viajeros mas experimentados; los holandeses, una pareja, vienen bajando en bici desde su país unos 18 mil km. hasta ahora y montones de experiencias alucinantes. Ellos, Timo y Pietra, junto a Claudia la alemana, decidimos alquilar un bote que nos llevaría río abajo rumo a la frontera con Tailandia. Eran dos días de viaje. Nos asustamos al ver el bote la tarde previa. Parecido a una góndola veneciana, finito y con un motor de auto en la parte posterior.
Las 3 bicis viajaron apiladas en la parte frontal del largo bote junto a mochilas y otras cargas. Al medio los 4 turistas y atrás el motor, el "captain", como el mismo se auto-intitulo, y su esposa. Delante de todo un flaco con una caña ayudaba a timonear la inestable "nave".

AAAbuelita el fideo iba ligero y contenías minutos enteros la respiración en los rápidos donde pasábamos a centímetros de enormes piedras. Entre el timón trasero del captain y el flaco de la caña, le entraban justo a la corriente. El río en colores verde botella, transparente y muy lindo. El paisaje eternamente hermoso con las montañas que hacían de gigante baranda del hilito de agua. El río tenía entre 100 y 50 mts. de ancho y solo centímetros de profundidad. Claro, es la temporada seca y no esta muy caudaloso.
Las aldeas se trepaban en escarpadas pendientes y los Sabaydee ahora eran para toda la tripulación extranjera. El grupo funcionó a las maravillas y las historias se hilvanaban entre los bramidos del motor del bote. Almorzamos en una playita paradisíaca, arroz pegajoso exquisito, del cual me he hecho adicto, y huevos con salsa superpicante. A las 5 de la tarde luego de 8 horas de bramidos de motor, paramos a dormir. Lo que se vino fue definitivamente maravilloso. Por escarpada pendiente subimos los petates hasta una típica casa Lao elevada en una villa en medio de las montañas. Pudimos recorrer la pequeña villa y ver como vive esta gente.

Foto: En el bote con Claudia , Timo , Pietra , el "captain" y su mujer , adelante iba un flaco con una vara que esquivaba (a veces) las piedras

 Las mujeres tejen con paciencia infinita unos sarongs de seda que les llevan 21 días y venden a 25 dólares. El trabajo se hace en telares mas que primitivos. Las mujeres también acarrean la leña, hacen la comida, cuidan los hijos y limpian la casa. Los hombres se rascan el higo.
Bahh, tienen algún búfalo de agua, algún cerdo, pero estos se cuidan solos y se alimentan de la selva.
Foto: En una aldea paramos a descansar de tanto barquinazo en el bote y los chicos del pueblo bajaron a ver a los viajeros
Dormimos en una habitación de madera sobre unas colchonetas espectaculares. Una mujer cayó desesperada a pedir ayuda. Su hijo lloraba hace días de dolor de estomago. No tenía diarrea. Claudia le dio unos analgésicos.
Después pidió algo para ella, y con claras señas nos contaba sus fuertes dolores de cabeza originados en su zona lumbar. Desde chiquititas cargan con pesados bultos de madera y de todo un poco.
A la mañana la mujer enormemente agradecida señalaba a su hijo que corría riendo por la escarpada villa. A pesar que a ella no le dimos nada, nos ayudo a transportar los bultos cuesta abajo hasta el bote.
Cuantos dolores y padecimientos habrá en estos lugares.
El paisaje se iba haciendo menos escarpado y bajaba rumbo a la confluencia con el gran río Mekong. Lo encontramos luego de otras 6 horas de navegación.  El Mekong viene desde el Tibet y es ancho y barroso.

Viajamos hora y cuarto en contra de la corriente. El barquito parecía que se iba a poner patas para arriba cuando encontraba unos remolinos que asustaban.Entre el captain y el motorcito alejaban rápido el peligro.
Llegamos a Muay Xai, ciudad de Laos enfrentada a Chiang Kon en Tailandia.
Estos dos días fueron maravillosos, otra forma de viajar y compartir.

Un abrazo a todos.
Fernando.



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